Evaluación tomográfica de fracturas faciales
La tomografía maxilofacial es muy útil para detectar fracturas maxilofaciales y orbitales debido a su alta resolución y baja dosis de radiación, lo cual la convierten en una técnica imagenológica mejor adaptada que la tomografía medica para el diagnóstico de dichas lesiones.
Así mismo, las imágenes de la tomografía maxilofacial tienen la misma calidad en todos los planos posibles, mientras que la calidad de las imágenes de tomografía medica es inferior debido a la distorsión ya que los res planos del espacio carecen de isometría, a diferencia de la tomografía maxilofacial. Esta ventaja de la tomografía maxilofacial se aprecia mejor en pacientes con fracturas a nivel de la placa cribiforme, el techo de la órbita (Fig.1) y el suelo orbital (Fig.2), que son más fáciles de detectar en las imágenes coronales y sagitales.
Fig.1
Fig.2
Esto también explica por qué la tomografía maxilofacial es muy útil en pacientes con rinorrea donde las pequeñas líneas de fractura o brechas en la fosa anterior o media pueden ser detectadas. Por otro lado, la tomografía maxilofacial posee la desventaja de tener una baja resolución de contraste y para la evaluación de líquidos como la sangre o de tejidos blandos. Esto explica que la tomografía maxilofacial no está indicada cuando el examen clínico revele posibles lesiones intracraneales, de la base del cráneo o los nervios craneales. Así mismo, lesiones tales como hematomas epidurales y subdurales, conmoción cerebral y hemorragia, daños en los nervios craneales, lesiones infraorbitarias o del globo ocular pueden pasarse por alto ante la evaluación con tomografía maxilofacial y, por tanto, estos pacientes deben ser remitidos inmediatamente para una tomografía médica o una resonancia magnética.
Fig.3
Como se ha mencionado las radiografías 2D son a menudo falsos negativos y las fracturas o lesiones del tabique y las paredes nasales laterales se pasan por alto más de lo que se detectan. Las técnicas de imagen 3D son capaces de detectar la mayoría de estas fracturas que permanecen invisibles en las radiografías 2D. No obstante, el uso de la tomografía medica convencional se rechazó porque la dosis de radiación, mucho más alta, no se correspondía con las dudosas ventajas, incluso en los casos más graves. El uso de la tomografía maxilofacial con un campo de visión pequeño y una dosis baja de radiación, ha cambiado esta situación y sustituye hoy en día a las imágenes de rayos X en 2D cuando la situación clínica se hace necesaria siendo justificada en estos pacientes.
Referencia bibliográfica
Casselman JW, Gieraerts K, Volders D, Delanote J, Mermuys K, De Foer, B, Swennen G. (2013). Cone beam CT: non-dental applications. Jbr-Btr, 96(6), 333-353.