Lesiones orales frecuentes de diferente origen
La salud de la cavidad oral engloba las diferentes áreas de la mucosa y no solamente los dientes y la encía. Los odontólogos se enfrentan regularmente a problemas de salud en la práctica odontológica. Para reconocer y diagnosticar estas lesiones lesiones se requiere de un examen oral completo; conocimiento de características clínicas como el tamaño, la localización, la morfología de la superficie, el color, dolor y tiempo de evolución. Estas lesiones pueden tener diferente origen, virales, fúngicas, etc., teniendo como denominador común la depresión temporal o constante del sistema inmunológico. Entre las más frecuentes lesiones se presentan:

Hasta el 60 % de los adultos sanos son portadores de especies de Cándida como componente de su flora oral normal. Sin embargo, ciertos factores locales y sistémicos pueden favorecer el crecimiento excesivo. Estos incluyen el uso de dentaduras postizas, el uso de un esteroides, xerostomía, trastornos endocrinos, (VIH), leucemia, malnutrición, inmunidad reducida, edad, radioterapia, quimioterapia sistémica y el uso de antibióticos o corticosteroides de amplio espectro. La candidiasis oral suele ser una infección localizada; sin embargo, en raras ocasiones puede manifestarse en algunos pacientes con candidiasis sistémica. Los patrones clínicos de la candidiasis oral son variables e incluyen candidiasis pseudomembranosa; glositis romboidal y otras formas de candidiasis eritematosa; y queilitis angular. Los factores de riesgo de infección sistémica incluyen síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), diabetes, terapia inmunosupresora, neutropenia, trasplante de órganos y prematuridad.
La candidiasis oral es frecuente en los lactantes, afecta a entre el 1 y el 37% de los recién nacidos en lactantes, se manifiesta como una infección menor de la cavidad oral, orofaringe o de la piel. En cambio, la candidiasis entre los prematuros u hospitalizados en estado crítico puede, en raras ocasiones, llegar a ser sistémica y potencialmente mortal. La candidiasis mucocutánea crónica en la infancia puede asociarse al desarrollo de trastornos endocrinos autoinmunes, como hipoparatiroidismo, hipoadrenalismo, hipotiroidism y diabetes mellitus.

La infección oral primaria por el virus del herpes simple (VHS) suele producirse a una edad temprana, siendo asintomática y no se asocia con un significativo grado de morbilidad. Una minoría de personas desarrolla una infección primaria sintomática, con un brote agudo de vesículas orales que se colapsan rápidamente para formar zonas de eritema y ulceración. En todos los casos, la encía está afectada; además, otras mucosas orales y la piel perioral. Entre los síntomas más comunes de esta infección se encuentra la linfadenopatía cervical, fiebre, escalofríos, anorexia e irritabilidad, pueden encontrarse también como síntomas comunes. Tras la infección oral primaria, el VHS puede persistir en estado latente en el ganglio trigémino y reactivarse posteriormente como el común herpes labial. Los factores desencadenantes de la reactivación son bien conocidos e incluyen la luz ultravioleta, los traumatismos, la fatiga, el estrés y la menstruación. Clínicamente, se manifiestan como un grupo bien localizado de pequeñas vesículas en el borde bermellón del labio o la piel adyacente. Posteriormente, las vesículas se rompen, ulceran y forman costras en un tiempo 24 a 48 horas. La cicatrización espontánea se produce de siete a diez días. En pacientes inmunocompetentes, el herpes labialis suele ser leve y autolimitado. Sin embargo, el dolor, la hinchazón y los problemas estéticos pueden motivar la consulta médica. Tratamiento profiláctico con antivirales orales puede ayudar a los pacientes con recurrencias fecuentes, prevén una exposición inevitable a un desencadenante conocido, o padecer de eritema multiforme posherpético. Las infecciones herpéticas recurrentes no deben tratarse con corticosteroides.

La estomatitis aftosa recurrente, o las aftas, es una afección oral ulcerosa con una prevalencia que oscila entre el 5 y el 21 por ciento. Aunque se han implicado diversos factores y ambientales, la patogénesis exacta sigue siendo desconocida. El tabaquismo se asocia a una menor prevalencia, pero otras asociaciones, como las deficiencias nutricionales (por ejemplo, vitamina B12, folato, hierro). no están claras. Los casos graves pueden estar relacionados con enfermedades sistémicas subyacentes como enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad celíaca el síndrome de Behçet y la infección por VIH. La estomatitis aftosa recurrente se caracteriza por úlceras recurrentes, dolorosas, solitarias o múltiples, cubiertas por una pseudomembrana entre blanca y amarilla y rodeadas de un halo eritematoso. La estomatitis aftosa recurrente suele afectar a la mucosa no queratinizada (por ejemplo, mucosa labial, mucosa bucal, lengua ventral).
Existen tres formas clínicas: menor, mayor y herpetiforme. La forma menor es la más común y aparece como redondeada, bien delimitadas, únicas o múltiples de menos de 1 cm de diámetro que suelen curar en 10 a 14 días sin dejar cicatriz. La mayoría de los pacientes con aftas leves no necesitan tratamiento o sólo terapia tópica periódica. Las terapias más comunes incluyen corticosteroides tópicos, como el gel de fluocinonida y el acetónido de triamcinolona con pasta de carboximetilcelulosa.
Referencia bibliográfica
Gonsalves, W. C., Chi, A. C., & Neville, B. W. (2007). Common oral lesions: Part I. Superficial mucosal lesions. American family physician, 75(4), 501-506.