Trastornos alimenticios y sus complicaciones en la salud oral
El término trastorno alimentario incluye la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa. Ambos trastornos comparten características comunes, entre las que destacan la preocupación excesiva por la forma y/o el peso corporal y una prevalencia en las mujeres con respecto a los hombres con una relación de mujer a hombre de 10:1. La edad media de presentación de la anorexia nerviosa es de 16 años, y la de la bulimia nerviosa, de 25 años para la bulimia nerviosa. El comportamiento anoréxico se caracteriza por una restricción con la consiguiente pérdida de peso, que, en ocasiones hasta la emaciación extrema, mientras que la bulimia nerviosa se caracteriza por atracones seguidos de vómitos autoinducidos; los atracones de comida son y se producen cuando el individuo está estresado cuando la persona está estresada y se siente fuera de control. Los alimentos ingeridos son de consistencia fácil de tragar, tales como dulces y comida rica en calorías. Dependiendo de si los pacientes anoréxicos consiguen perder peso mediante ayuno ascético o mediante vómitos autoinducidos y el abuso de laxantes se describen dos subtipos: anorexia nerviosa restrictiva y anorexia nerviosa bulímica.
La erosión lisa del esmalte o perimilolisis es probablemente la manifestación oral más evidente en la dentición de los pacientes en pacientes con trastornos alimentarios en comparación controles. La regurgitación crónica de contenido gástrico ácido erosionará y desmineralizará el esmalte dental. La perimilolisis se define como la pérdida de esmalte y dentina en las superficies linguales de los dientes como resultado de efectos químicos y mecánicos causados principalmente por la regurgitación del contenido gástrico y activados por los movimientos de la lengua.
Se observa de forma inicial en las superficies palatinas de los dientes frontales maxilares. La desmineralización inicialmente moderada o erosión vítrea de las superficies linguales de los dientes maxilares puede ampliarse, extendiéndose a las superficies oclusales de los dientes posteriores y las superficies faciales de los dientes maxilares y, con poca frecuencia, de los mandibulares. La erosión generalizada puede llevar a que los dientes posteriores con restauraciones de amalgama sobresalientes; a dentina expuesta y dañada, incluso con pulpas visibles. Otras consecuencias frecuentes son los dientes hipersensibles a la temperatura, a la masticación y al cepillado.
La enfermedad periodontal avanzada rara vez se observa en pacientes con trastornos alimentarios porque la mayoría de ellos son relativamente jóvenes. La higiene oral deficiente es más frecuente en los pacientes anoréxicos que en los bulímicos anoréxicos que en los bulímicos, por lo que los mayores índices de placa y gingivitis son, por tanto, hallazgos clínicos probables. Las personas con anorexia manifiestan menos interés por la higiene bucal, probablemente como psicopatología anoréxica, en particular, y de la imagen corporal. Los pacientes bulímicos, aparentemente tienen una imagen corporal más realista y a menudo están tan preocupados por su aspecto que son escrupulosos con su higiene y cuidado bucal. Un eritema gingival generalizado ha sido descrito por algunos como el resultado de una combinación de xerostomía y deficiencias nutricionales. La pérdida de humedad y de las propiedades protectoras de la saliva puede provocar la deshidratación de los tejidos periodontales, la deficiencia de vitaminas y proteínas en la dieta puede agravar la situación.
Otras complicaciones frecuentes son la hipertrofia de las glándulas salivares mayores en especial la glándula parótida y en ocasiones también se ve afectada la glándula submandibular. La mucosa oral y la faringe también pueden ser afectadas, presentándose en forma de eritema palatino, o en la parte posterior de la lengua. La deshidratación de la mucosa y la queilitis angular también pueden presentarse como complicaciones de los trastornos alimenticios.
Referencia bibliográfica
De Moor, R. J. G. (2004). Eating disorder‐induced dental complications: a case report. Journal of oral rehabilitation, 31(7), 725-732.